
Yo soy como la cigarra.
Tú, como la hormiga.
A veces tengo frío, hambre y sed,
mientras tú trabajas para no perecer.
Yo le canto al viento y al sur,
endulzo tus oídos con música y palabras,
te cuento de otros mundos y personas,
y acepto, honrado, tu cobijo.
Me gusta vivir ligero y saltar.
Con frecuencia suelo pensar
que en este mundo cabemos los dos;
que nos completamos,
y que podemos uno del otro aprender.
(Bitácora de viaje. Enero 2019).
¡Bienvenidos! Estamos [siempre] en construcción
