Sinceramente, lo recibí con reticencia. Aunque soy de izquierda, en los últimos meses he cuestionado mucho el trabajo de Morena, no sin dejar de preguntarme qué –de todo lo que se dice– es verdad, y qué parte es solo el resultado del golpeteo político, pero vaya: ante la duda, la curiosidad.
Así que lo comencé a leer. El capítulo introductorio me pareció un poco lento y, he de ser sincero, me costó porque el autor militó en el PRI durante muchos años en puestos estratégicos. ¿Ahora en Morena? En definitiva, los brincos de la política siempre me serán difíciles de comprender. En fin, no soy yo quien lo justificará y explicará: ésa es tarea de ellos y sus convicciones. Además, acá nos trajo otro tema.
En el segundo capítulo –todavía en mi negatividad– me dije que había mucho trabajo de escritorio y poco de campo, pero reconozco que creció mi interés, sobre todo cuando pensé que el problema de destapar una cloaca no es dejar que salgan los olores y la contaminación, sino contenerlos: “muy bien –reflexioné–, el texto presenta muchos datos de todo lo que está mal en el Edomex, sí, ¿y luego? ¿No se está dando Morena un tiro en el pie? Porque seguro no podrá con todo ese paquete en un sexenio: el Edomex es demasiado complejo para ser renovado en un tiempo tan breve. ¿Qué piensan hacer para solucionar todo eso?”
Hacia el tercer capítulo encontré otra falencia: carece de una visión de geopolítica. Derivado de mis trabajos académicos, he constatado que las investigaciones deben siempre contemplarla, pues es la única forma de comprender los retos en la amplitud que permite cuestionar un sistema económico y social que sabemos caduco, y fuente de muchos de los problemas actuales. No obstante, confieso, los datos me atraparon.
Lo más común cuando leo un libro es que narre partes en mi Twitter (aquí el hilo) y justo ahí comencé a postear gráficas de los datos que presentan: contaminación, problemas de movilidad, de tenencia de la tierra, del pésimo manejo de la deuda pública, de la forma de operar de los municipios, del tema educativo, la salud… más de 15 temas, todos igual de interesantes y potentes. Seguí leyendo con más calma, comprensión y sobre todo preguntándome qué hemos hecho todos con nuestro estado.
El Estado de México es complejo. Sí, sin duda. Pero es también el que más votantes tiene en el país, el que más presupuesto maneja, el de mayor migración, el más centralizado… y esto también se debe a los casi 100 años de gestión de un solo partido. El monopartidismo nunca fue bueno, eso lo sabemos. ¿Qué hacemos ahora? De arranque, me parece que el diagnóstico es claro: se requieren cambios, y no solo de partido, sino estructurales y de fondo. ¿Cómo enfrentar los problemas hídricos? ¿Qué hacer con la cantidad de población que va en busca de trabajo? Ojalá fuera fácil…
Llegando a las 300 páginas (de unas 370), me dije que acá lo que aplica sin duda, es el tema del metro cuadrado del que siempre hablo: si no generamos nosotros mismos el cambio, ningún gobierno lo hará por nosotros; claro, al mismo tiempo es necesaria una institución gubernamental más dispuesta, que motive y promueva iniciativas. Nada fácil: el Edomex es un rinoceronte, un elefante, un mamut… un dinosaurio que se intenta mover en el pantano. Cualquier cambio de rumbo es difícil, pues no solo requiere de mucha energía, sino de un mejor ecosistema: a más barro, menor posibilidad de moverse.
Así que cierro esta brevísima reseña diciendo que el libro es –en mi opinión– tres cosas: 1) un llamado a la ciudadanía para darse cuenta dónde estamos parados; 2) una invitación a cada uno de nosotros para actuar en nuestro metro cuadrado, y; 3) un llamado de atención (sueño con eso), a los legisladores, presidentes municipales, políticos y trabajadores del estado, para que actúen en consecuencia: no podemos vivir con ese abasto de agua, con ese pésimo sistema de salud, con una movilidad que no desplaza y privilegia a los autos, y mucho menos con un sistema de justicia que soluciona menos del 10% de los casos y tiene en su cuenta más de 11 mil desaparecidos.
El reto mayor, del que ni siquiera se dan cuenta muchos (¡muchísimos!), es que si queremos cambiar esto, debe primero modificarse la percepción de lo que significa el “éxito” para nuestra sociedad: tiene que dejar de ser económica y tiene que relacionarse con atributos de calidad de vida: salud, educación, medio ambiente, justicia y sí, claro, economía también, pero no como si ésta fuera el “dios” de todo. Este reto es central, y sin una buena comunicación y plan estratégico, solo terminaremos siendo el perrito que se muerde la cola.
Suerte en estas elecciones y ojalá que elijamos por formación y experiencia; por sueños y calidad de vida, no solo por conveniencia propia.
Por favor, LEAN EL LIBRO (también les hablo a ustedes, autoridades y políticos de Morena). Aquí está el link para que lo puedan descargar .
Valdés M, Yáñez E. (Coordinadores). 2023. La deuda con el pueblo mexiquense. Centro para la Reforma Gubernamental / Grupo parlamentario Morena. Texcoco, Estado de México. 375pp.
Más imágenes directamente en el libro, o en mi Twitter